lunes, 18 de enero de 2010

AMBIENTE DE APRENDIZAJE


El ambiente de aprendizaje está constituido por cuatro dimensiones: física, funcional, temporal y relacional, las cuales están interrelacionadas entre sí; de manera tal que deben ser analizadas en interacción con las otras.
La dimensión física está vinculada al tamaño y condiciones estructurales del espacio y a los materiales, mobiliario y equipos dispuestos en él; al mismo tiempo que, contempla los aspectos estéticos y ambientales. Al respecto, es importante señalar que el espacio físico debe ser mayor para los niños y las niñas entre los cero (0) y tres (3) años de edad; en tanto que, a medida que el niño y la niña crece, requiere menor espacio.

La dimensional funcional: es la referida al modo de utilización de los espacios, su polivalencia; entendida como las distintas funciones que puede asumir un mismo espacio físico para el desarrollo de diversas actividades.


La dimensión temporal: se refiere a la planificación del tiempo en una jornada o rutina diaria de atención, debiendo incluir y asegurar las actividades pedagógicas dirigidas, de recreación, colectivas, de pequeño grupo e individuales, estructuradas y no estructuradas; además de los momentos para la alimentación, la higiene, el sueño y el descanso de los niños y las niñas.


La dimensión relacional: se refiere tanto a las distintas agrupaciones que se establecen en los espacios, como a las diversas relaciones e interacciones que se dan dentro del espacio interno, externo y las normas de funcionamiento. Las agrupaciones deben responder al número de niños y niñas, características, necesidades, potencialidades y niveles de desarrollo; así como al espacio de que se dispone, el tipo de actividades y el número de adultos y adultas.


Para el niño y la niña el ambiente está ligado a su actividad cotidiana y habitual, la cual toma como punto de referencia para orientarse. Es a partir de esta cotidianidad que aprende normas, valores, costumbres y conocimientos que les hacen sentirse seguros en el entorno en el cual crecen.

La distribución de la rutina diaria va a depender de las edades de los niños y las niñas, de la vía de atención y del horario de permanencia en las instituciones (medio turno o turno completo). De acuerdo con estos criterios, se recomiendan los siguientes momentos:

Llegada y despedida: se realiza en la institución educativa, ambiente familiar o comunitario cuando llegan y se van los niños y las niñas. La llegada debe ser planificada cuidadosamente con estrategias que promuevan una recepción afectiva, el saludo individual, colectivo e intercambio de información con los adultos y las adultas.


Alimentación, aseo, descanso y recreación: se planifican en función de las necesidades de los niños y las niñas, y la formación de hábitos en acción directa en el aula e indirecta, a través de orientaciones a las familias.


Actividades pedagógicas (en pequeños grupos, colectivas, en el espacio exterior e intercambio y recuento): se planifican de acuerdo con el diagnóstico hecho por el maestro y la maestra, los intereses de niños y niñas y su edad; según las características propias de su localidad y respetando la diversidad e interculturalidad.

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